Todos los estados necesitan buscar formas de financiamiento para diversos proyectos, y es por eso que en algunos casos se establecen impuestos sobre determinados productos, un ejemplo es el impuesto a los combustibles. Este es un impuesto específico que afecta a los combustibles y al diésel.
Este impuesto tal como lo conocemos en la actualidad, entró en vigencia en la segunda mitad de los años 80 debido a que el 03 de marzo de 1985, Chile experimentó un violento terremoto que afectó la zona central que afectó a diversas carreteras y caminos, ante la necesidad de reconstruir estas vías fue necesario este impuesto, el cual se promulgó en Abril de 1986. Es decir que hace más de 30 años que los consumidores pagan este impuesto. Este impuesto es pagado por cada conductor al momento de hacer una compra de gasolina en una bencinera.
Actualmente este impuesto ha permitido el financiamiento de diferentes propuestas sociales. Este impuesto se puede calcular de dos formas, un componente fijo y otro variable, el componente fijo es el precio fijo del combustible que se calcula en razón de metro cubico de combustible adquirido, en cuando al componente variable es el valor fijo pero que se le añade o se le quita un porcentaje determinado, con el fin de evitar variaciones imprevistas.